jueves, 14 de julio de 2011

Traer el cielo a la tierra

Traer el cielo a la tierra…Eso sería Maravilloso. Pero  cómo? A mi entender, de tan sencillo se torna una tarea difícil. La respuesta es con Amor, Amor incondicional, compasivo, que pueda ver las necesidades de todos y cada uno de los seres.  Necesidades a veces similares a las propias y otras muy diferentes.
Pero para traer el Cielo a la Tierra habría que ver las cosas desde un punto de vista muy distinto al terrenal. Por ejemplo la muerte es un punto de vista absolutamente terrenal,  pues si por un momento la viéramos desde el Cielo sería ver a un ser de Luz regresando a su Hogar,  el Hogar de donde partió cuando decidió que viviría una vida con limitaciones en un cuerpo físico. Sabiendo ya desde antes de nacer lo que experimentaría, lo que necesitaría aprender y realizar  para su evolución personal. Desde el Cielo veríamos como festejan los otros seres de Luz que ya han vuelto del viaje de la Tierra y otros que aún no lo han hecho,  y reciben con alegría y una gran fiesta a quien ha decidido volver.
Muchas veces me pregunté porque hay personas que al partir logran despedirse de sus seres queridos de aquí y otras deciden irse sin siquiera un hasta luego… Hoy lo tengo más que claro.
Esperan el momento ideal,(para ellos,  no para nosotros) y al ver que están solos dejan la limitación de su cuerpo y emprenden el viaje a su Casa. Y si… ya lo tenían decidido. Algunos saben que si comienzan a despedirse, sus seres amados intentarían boicotear la partida quizás con ruegos como: “no te vayas” , sin vos no podré  vivir” , “no nos dejes”, “te necesito”, “que haré sin vos?” . Astutos algunos, que no quieren pasar por esta situación, esperan el momento ideal y parten sin despedidas,  sin peticiones,  sin ruegos, con su misión cumplida y con la necesidad imperiosa de volver a su Hogar lo antes posible.
Estos Seres de Luz que parten, ahora ya libres de ataduras, que pueden ver y estar con todos sus seres amados  a la vez derraman en cada uno de ellos su Amor, llevándose consigo nuestro Amor. Fundidos estos Amores forman un canal de Comunicación, este canal o hilo conductor es el que facilita la comunicación entre las dos dimensiones, sin teléfonos ni cartas, ni tampoco convencionales visitas.
Si al partir nuestro ser amado, pudiéramos imaginarnos el momento desde el Cielo,  sin enojos ni con el ser que partió ni con Dios, con resignación sabiendo que siempre estarán con nosotros Aquí o Allá, con un profundo Amor Incondicional, ese canal se abriría más rápidamente y la comunicación sería más fácil y fluida con las mínimas interferencias.
También es importante comprender que las almas o Seres de Luz no tienen sexo alguno.  Aquí eran hija, nieta, esposa, madre, abuela,  hermana, amante, amiga, etc. Pero en el Cielo ya Seres de Luz puros no son esposos o amantes ni abuelos o nietos, ni padres o hijos, son Chispas de Dios, Hermanos de Luz.
Aquí nos quedamos nosotros los que todavía si somos lo que somos…padres, hijos, hermanos, etc, con un cuerpo con necesidades propias de nuestra realidad. Necesitamos una caricia, un abrazo, una palabra. Hay personas que quedan tan solas, pues quizás no se dan cuenta que solos no estamos nunca, y por eso necesitan de la compañía de otro ser, que los ayude a transitar más fácilmente por este camino de la Vida.
Nuestro Amor Incondicional debería poder comprender tanto al ser que partió como al ser que quedó, sin juzgar a ninguno de ellos sin culpar al que se fue y nos dejó ni al que quedó y necesita de alguien más que no fuéramos nosotros mismos.
Creo que el Amor Incondicional es viajero nato pues debe estar viendo las cosas desde un punto de vista Terrenal con los que se quedan y desde un punto de vista Celestial con los que se van…trayendo así el Cielo a la Tierra.
¿Te animas a ayudarme a Traer el Cielo a la Tierra?