
No tengo pruebas de que Dios existe.
Pero tú tampoco las tienes de su no existencia.
Y eso es lo maravilloso de este Misterio Divino.
Cuando puedas ver la perfección del canto de un pájaro.
La perfección del pétalo de una flor, o de la abeja su aguijón.
Cuando puedas ver lo perfecto de un ser “imperfecto”.
Cuando llegues a ver la perfección
de cada uno de los seres sobre la faz de la tierra.
Y aún de los sucesos en ella.
Cuando veas la perfección de un amigo
como la veo yo en ti…
Ahí sabrás que existe Dios.
Entonces después de estas palabras
He llegado a la siguiente conclusión:
Cuando dudes de la existencia de Dios,
Mírate al espejo…
¡Por favor cuídate!
Eres una de las pruebas que tengo
para presentarle al Señor
Y demostrarle que defendí y probé su existencia.
Que encontré en mi camino
a un ser divino, lleno de luz,
hecho a imagen y semejanza de Él.
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